Buscar este blog

viernes, 10 de enero de 2014

Pedagogía narrativa - Entrevista a Julián Bozzo

Conocí a Julián a principios de 2013 en un evento muy especial: el primer encuentro Now, a place for opportunities  que se celebró en Madrid. Un lugar donde compartir ideas para crear una sociedad mejor. 


Allí, nos mostró lo que era el canto improvisado. Acompañado por su guitarra, iba componiendo una canción creando versos a partir de palabras que íbamos diciendo los asistentes como público. Palabras inconexas que, gracias a la capacidad de creación del autor y su habilidad para involucrar a todos los asistentes, acabaron convirtiéndose en una historia coreada y aplaudida a rabiar por todos. Porque todos nos sentimos, en parte, co-creadores de la misma.

Al empezar a escribir el artículo sobre creación literaria me acordé de aquel momento y le pedí su colaboración para completarlo con una pequeña entrevista.






¿Por qué pedagogía narrativa? 

Me interesa la Pedagogía Narrativa porque es la pedagogía que se centra en el discurso, el relato de las experiencias personales de la relación que vive el maestro, el alumnos o  maestro-alumno que sucede en el aula. Hunde su ser en la palabras que usa, en el susurro que las hace viajar, en la etimología y la ontología de la palabra. La pedagogía narrativa, entre otras muchas cosas, pone énfasis en la persona que habita bajo el traje de profesor o alumno posibilitando una comunicación real basado en un discurso presente y desnudo. De esa manera pretendemos romper la memoria que trae el lenguaje para abrirlo desde un mensaje lleno de matices y anécdotas. Es decir, romper lo que solemos decir sin reflexionar en ello. Es curioso cuando preguntas a un profesor por qué decidió dedicarse a ello y pocos saben responderlo. Hemos perdido la capacidad de preguntar, de indagar. Sentimos que ya lo sabemos todo. 

Dentro de nuestro contexto artístico la pedagogía narrativa nos ayuda a repensar nuestro lenguaje, abrir nuestra mirada ante los acontecimientos presentes y pasados y explorar nuevas sensaciones a través de la deconstrucción del lenguaje que hemos aprendido (Esto último es para nosotros de vital importancia; solemos hablar de lo que nos pasa o de lo que imaginamos desde un lenguaje que, en realidad, imposibilita una elección. La construcción semántica de las oraciones, el uso de palabras cargadas de pasado no nos permiten explicar la realidad tal cual se presenta. Si yo digo ¿Cómo estas? y tu me respondes- Bien- No me estás diciendo nada. Si trabajamos un poco y sigo indagando quizás me digas - Me siento alegre y motivado- nuestro nivel de comunicación y expresión ha descendido a un nivel más profundo. Sin embargo, sigue bajo el imperio de palabras que remiten a una experiencia anterior. "Me siento alegre y motivado" está construida con un orden que da entidad a las palabras existentes y con un significado que mi RAZÓN filtra y trata de comprender. En Danza Palabra rompemos esa secuencia y nos abrimos a la metáfora, el discurso poético o al blableo para colorear lo que sentimos. Cambiar de lenguaje posibilita expresar emociones novedosas. "Ya no me siento alegre y motivado" ahora  "me siento motor azul". Hablar desde el novedoso lenguaje cambia la mirada del narrador y la curiosidad del lenguaje porque el que lo escucha se siente SEMEJANTE a quien lo dice, y el emisor logra transformar en palabras, en poesía una emoción, hasta entonces encorsetada por un lenguaje inerte. Volvamos al corazón de las palabras. 


Afirmas que la distancia más corta entre dos puntos es tu imaginación. ¿Los niños hoy día recorren distancias más largas?

Yo creo que no. La infancia etimológicamente significa "Sin palabras". El niño balbucea el mundo, lo construye con palabras no terminadas. Crean significantes para sus experiencias a través de vocablos inventados. No hay nada más hermoso y pedagógico que ver a un niño recorriendo lo imposible. Todos los días vienen a clase cargados de imposibles, de historias fantásticas y novelas internas. El niño vive en esa realidad multicolor donde realidad y fantasía coexisten a través del juego. Para ellos, esta frase es su alimento diario. SU vivir sin palabras, sin noción de futuro hace que habiten el presente como único contexto posible. Vive preso en el aquí y ahora. No hay mañana, no hay mes que viene. No hay más que ver el tiempo que dedican arrastrándose en el suelo, jugando en la tierra. Si les dejas tres minutos solos en clase enseguida empiezan a correr y a tirarse por el piso, dar volteretas, jugar a ser marcianos o explorar el abrigo del maestro o cualquier otro artefacto de la clase. Ellos viven en esa entropía motora donde sus cuerpos nos dicen qué busca y quiere el infante. Otra cosa es que los adultos, que a menudo somos niños inconclusos, no sepamos filtrar eso que vemos y tengamos que sentarles en su silla y esperar que se comporten como yo quiero y necesito para que su espontaneidad no me lleve a sentir una novedosa emoción que me saca de mi cárcel del tener que pensarlo todo con la dosis de realidad caduca que la sociedad ha impreso en mí. 




¿Se trabaja suficientemente el potencial creador de los niños en las aulas?

Es un tema complejo. Por lo que yo he podido experimentar creo que no. Sobre todo porque el maestro (en general) no ha sido nunca creativo. Me pasaba que cuando trabaja en un colegio los maestros preparaban sus clases de creatividad con libros sobre creatividad, y se quedaban en eso. Tan sólo recibían a través de lecturas la experiencia de la creatividad. Daban su clase y seguían obligando a que el niño tenía que hacer lo que ponía en el libro. Hermosa forma de matar lo aladúrico. La creatividad, sobre todo, es un tipo de mirar, un deje innovador y personal que permite encontrar nuevas formas de ver la realidad. Esos maestros más tarde llegaban a casa y veían la televisión o se contactaban a las redes sociales. Estamos todo el día conectados con el exterior, evitándonos crear y sentir algo diferente. Esta fue una de las razones por las que abandoné el trabajo en la escuela. Decir y hacer tienen que coexistir en el mismo plano. Ser maestro, porta una gran responsabilidad.  

No hay potencial creativo porque hay respuestas establecidas a las que el alumno tiene que llegar. "Vamos a pintar un árbol" Este título mata la espontaneidad, el niño tiene que pintar un árbol al que más tarde le ponemos nota. 

No hay potencial creativo porque la sociedad no es capaz de digerir lo que no acepta como válido. Si el niño hace algo que no entendemos bien le decimos que lo repita. Si el niño hace algo que nos gusta le decimos que lo mejore. El arte tiene que evocar espacios, lugares, emociones distintas y novedosas. Pero la cultura siempre trata de COMPRENDER lo que ve. De manera que juzga ese aleteo creativo hasta llevarlo a su parcela y poder así decir, esto es arte. me gusta. 

No hay potencial creativo porque no nos preguntamos por nada. 

El maestro hace siempre todo lo mejor que sabe. Es hermoso reconocerles el esfuerzo y la valentía, su entrega y dedicación por ofrecer lo que cada uno considera mejor para el desarrollo de los niños. Sin embargo, nadie da lo que no tiene. Los maestros tenemos que ser más valientes y EXPERIMENTAR lo que decimos enseñar. Fomentar en nosotros la creatividad, reflexionar sobre ella, asistir a talleres de teatro, de danza, de cocina, de escritura, de photoshop... Crear iniciativas y sentir CUÁNTO cuesta comenzar algo. Estamos a tiempo, solo tenemos que dedicarle menos tiempo a ser consumidores del tiempo que vivimos, deglutimos sin preguntar nada, todo lo damos por válido. Probemos a repensar los significados de las palabras que usamos, a sentir sin juzgar las personas que conocemos, dedicar más tiempo a crear mundos paralelos que nos inviten a bosquejar realidades distintas. 


¿Cuáles son los principales enemigos de la creatividad hoy en día?

Sin duda, nosotros mismos. Nuestra educación ha sido tan castradora que ahora pagamos las consecuencias de ser una sociedad cómoda. Podría quedarme hablando de lo mal que lo ha hecho el sistema educativo y bla bla bla... Pero la esencia del ser humano es la conquista de la libertad. Es nuestra tarea comprender quiénes somos y para qué estamos y cómo se siento habitando por la vida. Es tan importante que el maestro transite un camino de desarrollo personal paralelo a su actualización como maestro que tan solo nos quedamos en la queja. Nosotros somos quienes estamos frente al ordenador o sentados en el salón pidiendo que el mundo cambie. Hablando por enredar temas que al salir de la reunión no existen más. Nosotros somos los dueños de nuestro devenir. Como decía Spinoza "No llorar, no indignarse: Comprender". 

Nuestra comodidad, nuestra incapacidad para trascender y sentirnos responsables de las elecciones tomadas en nuestra vida; nuestro amor por la queja y hablar desde la carencia son nuestro principales enemigos. 


¿Podrías contarnos en qué consisten los proyectos "La palabra habitada" o "Del punto al Universo" que llevas a cabo en tus talleres?

La palabra habitada es un taller en el que, a través del trabajo metafórico, rompemos la temporalidad y el discurso fijado de nuestras palabras para recrear un código personal de comunicación y expresión. 

Lo trabajamos comenzando con danza (rompiendo el lenguaje establecido del cuerpo) y más tarde comenzamos a explorar nuestro movimiento a posturas que NUNCA hemos hecho. Esta corporalidad nos incitan emociones novedosas. El cuerpo y los centros emociones están más que estudiados y todos sabemos que el cuerpo habla y tienen su centro comunicador, si ponemos consciencia sobre él y nos aventuramos a llevarlo a posturas distintas (por ejemplo Danzas de Gurdieff o yoga) se abren nuevas vías de relación con el mundo. 

Después del trabajo corporal, nos ayudamos de lo sucedido para construir oraciones desde anclajes poéticos. Simplemente, hablamos desde ciertas partes de nuestro cuerpo, dejando que el presente hable por mí. Por ejemplo, si estoy trabajando con mis dedos y llego a sentirme desde ellos podría decir "caen gotas de tinta aérea sobre este plano estelar" (cuando en realidad estoy respondiendo a la pregunta ¿Qué haces? y la respuesta sería "Tecleo"). 

Del punto al universo es un trabajo sobre la mirada. La idea es que cada punto es pretextual. Si vemos una foto solemos ver la escena pero no nos preguntamos sobre cada uno de los motivos que hay. Habitualmente son muchísimos los detalles que decoran una foto, de la misma manera que son muchísimos los detalles que adornan una situaciones de nuestra vida real. Sin embargo, solemos ver la escena y a partir de ella sacar un título. La idea es darle más importancia a lo que no solemos ver pero es casi más importante para la foto. 

Si vemos una foto de un mecánico arreglando un coche, posiblemente titularías así la fotografía. Pero no le damos importancia alguna a "quién es ese señor" "qué le llevó a ser mecánico" "Cómo se siente" "Cuántas herramientas hay" "DE quién es el coche" ... etc. De esta manera ese punto se abre como un universo. La escena cobra vida y podemos interrogarla. 

Este trabajo es mucho más largo porque también trabajamos con voz, canto, y otro pretextos creativos. 


Centrándonos en el canto improvisado... 
¿En qué consiste?

Bueno, el canto improvisado es una herramienta maravillosa para trabajar la espontaneidad, la valentía y el universo creativo hipnagógico. 

Cuando tienes una guitarra o un piano que te empuja a cantar no tienes tiempo para pensar lo que debes decir, solamente dices y dejas sentir como el juicio se desvanece. Lo haces porque esta metodología permite sentir el error como parte del éxito.  Es necesario y habitual fallar, sentir que no lo estás haciendo "bien". La creatividad brota como instinto de supervivencia y dejamos de darle importancia a la coherencia de lo que decimos. Porque habitualmente queremos hacer "bien" lo que hacemos. Pero esa exigencia por hacerlo bien nos sitúa, a menudo, en una realidad seria carente de impronta personal. Recordemos que hacer algo "bien" significa que el otro lo entienda y lo acepte. En clases todo está aceptado, sólo buscamos procesos de creación, no resultados. 


¿Cómo se trabaja con los niños en educación primaria?

Bueno, fueron los niños quienes me dieron parte de la clave de todo mi proyecto personal. Ellos viven ahí, viven en la fantasía, en lo alado. Constantemente construyen desde ellos el significado de las experiencias. Somos los adultos quienes les decimos "A ver... explícate" Queriendo decir no te entiendo. Y como los maestros solemos ver a los niños como adultos en potencia y no como niños en presente, les pedimos que maduren su discurso hasta que sea comprensible. 

No digo que no sea necesario que el niño madure su discurso, sólo que no le tenemos que invitar a perder su inquietud por nombrar lo que le sucede como a él más le guste. 

El trabajo con los niños es crear fantasía sintiendo que son dueños de hacerlo siempre. Fortaleciendo su universo personal, su autenticidad. Fomentando la valentía como condición pedagógica del ser. Ayudando a que sientan que son capaces de llegar donde quieran, fomentando la escucha de su corazón. 

¿Cómo trabajar con ellos?

Sin duda. imaginación y fantasía. Sin embargo es importante trabajar con ellos también la realidad. Cantamos una canción de habla de ... "un dragón verde". Primero la cantamos y dejamos que salga lo que tiene que salir. Nos permitir observar como, cuando no hay presión ni exigencia, somos capaces de llegar a lugares que antes éramos incapaces de imaginar. 

Más tarde y con el deseo de reflexionar pregunto: ¿Cómo se llama? ¿ Dónde vive?¿ Qué quería? ¿Qué conflictos encontró? ¿Quién le ayudó? .... Por ejemplo ésta sería una sesión para trabajar la temporalidad en los relatos. A partir de ahí pueden pasar varias cosas. Podemos escribir la historias entre todos o cada uno puede escribir la historia que desea de manera que al terminarla la comparten con los compañeros quienes la leen y le ponen anotaciones (A), le corrigen las faltas (F) y valoran con (V) la valentía del relato. Bueno, hay muchas posibilidades. 


¿Qué les aporta?

La capacidad de creer que tienen algo valioso dentro de sí. Sentir que son únicos y que llevan un tesoro dentro. Sentir que son autores de su vida, que pueden lograr lo que quieran porque dentro de ellos habita la semilla de lo imposible. 


Para terminar... compartimos plenamente la afirmación: la realidad se construye narrándola. ¿Cómo podemos formar mejores constructores de realidad?

Antes de nada... vamos a pararnos un momento. Si quieres que construyamos algo distinto es importante que usted, estimado lector, haga lo que pido. 


Cuenta hasta 60 en silencio. 


Sigue contando.. 


Ya has estado 60 segundos contigo. En la vorágine del día a día no tenemos tiempo para nosotros. 

Posiblemente hayan brotado imágenes, sensaciones corporales y distracciones. 

Qué parte de tu cuerpo has sentido más? El brazo, el cuello, lo oídos, los dedos?

Bien... ahora completa la frase... 

Mi ____(Zona del cuerpo que hayas sentido)____ es como ____(completa con lo primero que te venga a la cabeza)_________

Es posible que salgan cosas como 


Mi cuello es como un rascacielos en la mitad de una tormenta

Mis ojos son como esferas de fuego 


Si queremos construir una realidad distinta, tenemos que usar un lenguaje distinto. 

¿Cuántas veces te quejas al día? Te propongo que mañana cuentes el número de veces que lo haces. Sólo contarlas y apuntarlas, nada más. 


Al llegar a casa miras el número de veces que lo has hecho y te dices "Cuando me quejo, pierdo energía"

Ya está. se acabó el ejercicio. 

___

¿Cómo construir una realidad distinta? 

Deconstruyendo el lenguaje establecido.  Lo que nos decimos. dejar de pensar como tienen que ser las cosas para sentir cómo pueden llegar a ser. Vivir coherente con ese discurso. Sentir la voz, el cuerpo, al alma, al espíritu, la razón... Cada uno habita dentro un centro emocional distinto. No puedo pensar con el corazón! El corazón tiene su lenguaje y es emocional, la razón habita en el mundo de la realidad cognoscitiva, el cuerpo en la materia y el movimiento. 


"No me digas lo que sientas, hazme sentir lo que dices" Esa frase tendría que ser nuestra bandera. 

Repensémonos. Hagamos trabajo de desarrollo personal que nos lleve a vernos en el otro y en nosotros mismos. No perdamos la mirada observadora, cuestionadora, la mirada que no desea completar todas las experiencias con el discurso de las anteriores. Una mirada abierta, que no juzga, que no necesita comprender.  

Imagina, esfuérzate, trabaja, no desistas, no dejes que te pueda el camino de la pereza y la conformismo. Abre la puerta de tu casa sintiendo que cada vez es diferente, mira a tu pareja son la mirada de un gerundio que se abre constantemente. 

Haz aquello que te provoque miedo. Pues tras cada miedo hay un aprendizaje. 

No nos quedamos en nuestra imagen, en lo que creemos ser, en lo valores que con la edad nos van inyectando. La vida es maravillosa, sólo tenemos que aprender a vivirla como si cada instante fuese una nueva fotografía y no una fotocopia. 

Canta, baila, habita lo espontáneo. Lo auténtico. 

Recordando siempre que:  "lo peor que te puede pasar en a vida es que no te pase nada"


Danza Palabra Pedagogía (www.danzapalabra.org) es la primera escuela de Canto Improvisado de España. Su Director Julián Bozzo es músico, cantante, repentista, terapeuta y pedagogo artístico. Se ha formado en Pedagogía Sistémica y Social, Antropología cultural, Psicoterapia Gestalt, Teatro Improvisado,Teatro espontáneo y psicodrama. De constante gira con sus grupos y conciertos por España y Sudamérica (www.julianbozzo.es)


4 comentarios:

  1. Me parece un lujazo esa entrevista. Es digna de un periódico digital. Me quito el sombrero ante ti y ante Julián Bozzo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias Irune! :)) Yo también siento que ha sido un lujo haber tenido la oportunidad de hacerla. Ojalá tuviera más alcance... Este proyecto merece mucha más visibilidad.

    ResponderEliminar
  3. Brutal. Si no te importa voy a poner un enlace en mi blog a la entrevista...

    ResponderEliminar
  4. Gracias Jorge. Bienvenido ese enlace, ¡por supuesto!

    ResponderEliminar