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lunes, 30 de diciembre de 2013

SEMANA CULTURAL sobre ENRIQUE JARDIEL PONCELA. PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES

Planteamos nuestra semana cultural en torno a uno de los maestros del humor de la literatura española: Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952).

Curso: 6º de Educación Primaria.


LUNES - Introducción e investigación.

9-11h. Sesión de motivación.
  • Lluvia de ideas en grupo. Objetivo: conocer cuáles son los conocimientos previos del grupo acerca de la figura de Enrique Jardiel Poncela.
  • Explicación por parte de la maestra de las actividades de la semana cultural.
  • Explicación de la figura de Enrique Jardiel Poncela.
  • Reparto de fichas con datos biográficos.


11:30h-13h. Sesión de investigación (aula de informática).

Se harán grupos de 3 alumnos y se les darán las siguientes referencias para que profundicen sobre lo explicado por la maestra:




 Los alumnos deberán anotar los datos más relevantes encontrados y aportar dos fuentes más que cumplan con los criterios propios de un proceso de investigación: autoridad, rigor, fiabilidad, rigor, etc.


15:00h-17:00h. Introducción a la actividad de teatro.

En tan sólo una semana es inviable preparar adecuadamente una representación teatral, pero sí se puede organizar una lectura teatralizada con vestuario.

En la primera sesión (lunes) se explicará la obra a representar: “Eloísa está debajo de un almendro”. La maestra contará el argumento y detallará los personajes.

La intención es que participe el mayor número de alumnos posible, por lo que se designarán grupos de actores y actrices diferentes para cada una de las partes de la obra: prólogo, 1er acto y 2º acto.

Todas las tardes de la semana, de lunes a jueves, de 15:00h a 17:00h, se ensayará la representación, que se llevará a cabo la última tarde de la semana, el viernes, en el salón de actos del colegio. Se invitará a todos los grupos de tercer ciclo de primaria.




MARTES - Las citas de Jardiel Poncela: 
manualidades + TIC

Trabajo en parejas. Cada pareja escogerá una cita de Jardiel Poncela y la convertirá en un meme.

El término meme surge en 1976 en el libro "The Selfish Gene" de Richard Dawkins, que lo define como "unidad de transmisión cultural, o unidad de imitación". En el mundo internet, los memes son imágenes o vídeos que son fácilmente compartibles o viralizables.

9:00h – 11:00h. Elaboración de memes.

Enseñaremos a los alumnos ejemplos de memes para que puedan tener una referencia.
  



Por otro lado, entregaremos a los alumnos unas fichas con frases célebres del autor, tales como:

"El "etcétera" es el descanso de los sabios y la excusa de los ignorantes".

"Al teatro voy a darle un padre llamado humorismo y una madre llamada poesía, de los cuales sólo puede nacer el humorismo auténtico".

"Aconsejar amistosamente es querer que hagan los demás lo que no haríamos jamás nosotros mismos".

"En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría de los sueños se roncan".

"La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo".

"Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen en hombros".

«Si queréis los mayores elogios, moríos.» (epitafio de E. Jardiel Poncela)

Etc.

Así, cada pareja elegirá una frase y la plasmará de forma visual. Se trata de que los alumnos utilicen su creatividad de forma que elaboren el meme que mejor transmita la esencia de su cita.


11:30h a 13:00 h. Exposición de memes.

Una vez terminados, haremos dos cosas:

- Exposición en el centro: Colocaremos en el pasillo de 6º curso un papel corrido a modo de mural, en el que los alumnos pegarán sus memes de las citas. De esta manera, todo el que pase pueda ver las citas de Poncela que han escogido los alumnos durante el resto de la semana cultural dedicada al autor.

- Exposición en internet: Vamos a proponer a los alumnos crear un tablón en Pinterest dedicado a Jardiel Poncela. Con un teléfono móvil fotografiaremos cada uno de los memes por separado e iremos al aula de informática. Allí, mostraremos a los alumnos cómo se descargan y organizan imágenes. Asimismo, les enseñaremos qué es Pinterest y les mostraremos cómo funcionan los tablones y algunos ejemplos: 






Una vez familiarizados con esta red social basada en clasificar y compartir imágenes, crearemos un usuario de la clase y el tablón, que denominaremos “Jardiel Poncela”, e iremos subiendo cada una de las fotografías que se han realizado hasta tener el tablón completo.

Legalmente los menores de 14 años no están autorizados a tener perfiles propios en redes sociales, de modo que no podemos llevar esta actividad más allá. Se trata únicamente de una introducción al uso educativo que se le puede dar a las redes sociales.

Lo que sí podemos hacer es llevar esta idea de compartir al whatsapp, ya que muchos de los los alumnos de sexto ya cuentan con smartphone. Podemos animarles a fotografiar sus memes y compartirlos con sus amigos también.


15:00h a 17:00h – Ensayo de “Eloísa”.

-       Ensayo de lectura por grupos. Medición de tiempos y corrección de errores.
-       Definición de necesidades de vestuario.



MIÉRCOLES - Periodismo: noticiario satírico.

9:00h-11:00h. Preparación del trabajo.

Gracias al trabajo de investigación desarrollado en la primera sesión sobre la vida de Enrique Jardiel Poncela, los alumnos ya sabrán que el autor trabajó como periodista.

Haremos un repaso de textos representativos de humor satírico y absurdo de Poncela.

También hablaremos del contexto histórico de la posguerra. Pediremos a los niños que nos digan qué saben de aquella época, cómo era la vida, cómo se organizaba la sociedad, normas… Hasta que lleguemos a la cuestión de la censura, que nos interesa tratar en este ejercicio.

Dividiremos la clase en grupos de 4 o 5 alumnos. Nos dará un total de 5 o 6 grupos.
Cada grupo trabajará en un telediario de actualidad en clave humorística y satírica, imaginando que existe un órgano de censura que deben esquivar mediante el ingenio.

Daremos a cada grupo un periódico diferente del día, y cada uno elegirá una noticia nacional, una internacional, una de sociedad, una de cultura y una de deportes.

Los componentes del grupo elegirán quién hará el papel de documentalista, de redactores y de presentador o presentadores de común acuerdo, y trabajarán en la redacción de un telediario satírico.


11:30-13:00h – Presentación del telediario.

Cada grupo dispondrá de 15 minutos para que los presentadores expongan ante la clase su telediario.

Si sobra tiempo antes de comer, se comentarán las mejores noticias y por qué les han gustado o no, aspectos a mejorar, etc.


15:00h a 17:00h – Ensayo de “Eloísa”.

Ensayo de lectura por grupos. Medición de tiempos y corrección de errores.



JUEVES - Un poco de historia.


9:00h-10:00h. Coloquio – lluvia de ideas.

Preguntaremos a los alumnos qué recuerdan de la vida de Jardiel Poncela después de lo investigado en la primera sesión. Y qué pasaba en España, y en el mundo, en aquellos años.

Proyectaremos en la pizarra digital, una a una, algunas imágenes de acontecimientos históricos y personajes, para que los niños digan si, en su opinión, corresponden o no al período de vida del autor (1901 – 1952)

Ejemplos:



10:00h-13:00h. Elaboración de una línea de tiempo.
(incluímos descanso para el recreo).  

Después de realizar este ejercicio para entrar en materia, realizaremos la actividad principal de esta jornada: la elaboración de una línea de tiempo paralela a la vida de Jardiel Poncela con los hitos ocurridos en los momentos más importantes de su vida.

Para plasmarla realizaremos un trabajo colaborativo que culminará en la elaboración de un mural. Los alumnos se organizarán en grupos (pueden valer mismos grupos de los telediarios, o realizar equipos diferentes). Cada grupo se encargará de investigar y elaborar la línea de tiempo sobre una temática:

  •        Acontecimientos nacionales relevantes.
  •        Acontecimientos internacionales relevantes.
  •        Escritores contemporáneos de Jardiel Poncela
  •        Otros artistas contemporáneos de Jardiel Poncela.
  •        Avances científicos y tecnológicos.


Facilitaremos a los alumnos materiales para realizar la investigación, tales como libros de historia y arte. También podrán consultar internet.


15:00h a 17:00h Ensayo general de Eloísa está debajo de un almendro.




VIERNES  - Sesión final


9:00h a 10:00h. Exposición de la línea de tiempo

Cada grupo de trabajo explicará al resto de la clase los acontecimientos y/o personajes escogidos, qué relación tienen con la vida de Jardiel Poncela y por qué son importantes. Cada grupo dispondrá de 10 minutos. Al final se hará una ronda de preguntas.

10:00h a 11:00h. Reflexión sobre las actividades y la figura del autor.

Generaremos debate sobre dos temas:

-       La importancia del humor en la vida cotidiana.
-       El papel de la mujer en la obra de Jardiel Poncela.


11:30h. A 13:00h. Ensayo final de la obra. Eloísa está debajo de un almendro.


15:00h: Representación: lectura dramatizada del texto con público (resto de compañeros y profesores de 3er ciclo), incluyendo vestuario y decorado si ha dado tiempo a desarrollarlo.





Fuentes y referencias utilizadas:

DE LA FUENTE, Manuel (2012): “Jardiel Poncela, aquel cachondo mental” Recuperado en diciembre de 2013 de: http://www.abc.es/20120517/cultura-libros/abci-jardiel-poncela-aquel-cachondo-201205161824.html

JARDIEL PONCELA, Enrique: “Eloísa está debajo de un almendro. Las cinco advertencias de Satanás.” Colección Austral, Espasa Calpe, 1974.








domingo, 29 de diciembre de 2013

Literatura española. Lo mejor de lo mejor.

He terminado cayendo en la tentación de hacer lo mismo que Iñaki, un repaso cronológico por mi andadura como lectora en lo que a literatura española se refiere. No tenía que haber leído su artículo antes, porque ahora estoy condicionada al escribir el mío.

Y es que los que hicimos EGB hemos leído, mucho, muchísimo. Estoy segura de que el trabajo sobre este bloque nos ha resultado mucho más llevadero que a la generación LOGSE, y no es que quiera entrar en polémica.

En mi caso personal, tuve dos excelentes profesores de literatura en BUP y COU, Rafa y Celia, que nos ayudaron a disfrutar de todo lo que, por programación, teníamos que leer. Como decía, era mucho, y a veces no especialmente alineado con lo que nos podía apetecer más. Aunque ya es sabido que la literatura me apasiona y siempre me ha apetecido prácticamente todo.

Otro aspecto en el que también he tenido mucha suerte, y seguramente influye en lo que acabo de afirmar, es que en mi casa se ha leído, y se lee; cantidad y calidad. La literatura ha formado parte de mi infancia, y ha sido al leer este bloque sobre el recorrido histórico de la literatura española cuando me he dado cuenta.

Mi abuelo recitaba de principio a fin textos de Espronceda, Bécquer, obras de teatro completas… haciendo gala de una memoria envidiable. Algunos fragmentos que forman parte de recuerdos muy queridos van desde el:

Ay mísero de mí, ay infelice
Apurar, cielos, pretendo, 
ya que me tratáis así 
qué delito cometí 
contra vosotros naciendo; 
aunque si nací, ya entiendo 
qué delito he cometido. 
Bastante causa ha tenido 
vuestra justicia y rigor; 
pues el delito mayor 
del hombre es haber nacido.


(La vida es sueño, Calderón de la Barca, 1635)

al:

… Es que tu inocencia ignora

que, a más de una hora, señora,

las siete y media es un juego.

¿Un juego?...

...Y un juego vil

que no hay que jugarlo a ciegas,

pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
Que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!


(La venganza de Don Mendo, Pedro Muñoz Seca, 1918)


Con estos hábitos en casa, mi profesora de lengua de 8º de EGB debió de alucinar bastante cuando nos pidió representar un poema y yo, no sé muy bien cómo, engañé a dos compañeras para interpretar “A buen juez, mejor testigo”, el texto de José Zorrilla sobre la leyenda del Cristo de la Vega de Toledo.

Así que ahora miro a la estantería y me siento bastante orgullosa de ver obras clásicas, como “El Lazarillo de Tormes”, el “Libro de Buen Amor” de El Arcipreste de Hita o “La Celestina” de Fernando de Rojas; no falta el Quijote de Cervantes (que voluntariamente pedí un año a los Reyes Magos) o una edición de “La vida es sueño” que tantas veces escuché recitar a mi abuelo.



También hay algunas obras de la Generación del 98, como “La tía Tula” o una de mis favoritas, “San Manuel Bueno, Mártir”, de Miguel de Unamuno, o las “Soledades, galerías y otros poemas” de Antonio Machado. Siempre he sido más de Antonio que de Manuel, y siempre más del 98 que del 27, pero me fascinan Lorca o Valle Inclán. Por ahí andan “Ancia” de Blas de Otero, las obras completas de Lorca y “Sombra del paraíso”, de Vicente Aleixandre, entre otros.

Hay piezas muy diversas, como una selección de poemas de G.A. Bécquer, "Miau", de Pérez Galdós (un ejemplo de realismo de finales del siglo XIX, en plena Restauración de los borbones), o "El bosque animado" (literatura gallega de posguerra), de Wenceslao Fernández Flórez. También hay obras del teatro desternillante de Mihura ("Tres sombreros de Copa") y Jardiel Poncela ("Eloísa está debajo de un almendro", "Las cinco advertencias de Satanás"). Incluso soy consciente de haber leído bastante de Cela, Delibes, Luca de Tena, Martín Vigil, aunque no se dónde habré puesto los libros.

Al repasar mi experiencia en contacto con la literatura española, el teatro ocupa un lugar importantísimo. En COU representamos "La casa de Bernarda Alba" como obra de fin de curso. Un texto impactante que remueve las entrañas. Y hace poco más de un año me quedaba impactada con lo actual que resulta el trascurso de la última noche de Max Estrella en Luces de Bohemia. Si Don Ramón hubiera vivido hoy día la podría haber reescrito sin cambiar una coma.

No soy capaz de recordar todas las obras de teatro que he visto, ya sea en salidas con el colegio, con familia o, ya más adulta, con pareja o amigos. Al menos he visto tres adaptaciones Don Juan Tenorio (aparte de las veces que la he visto en casa, cuando en la tele emitían teatro), múltiples versiones de los textos de Lope de Vega, varias de Jardiel Poncela, y muchas de las mencionadas anteriormente.

Algunas han dejado una huella imborrable, otras las recuerdo en general y de algunas no queda ni rastro en mi memoria consciente. Pero puedo decir que las he leído todas y alguna más, y que eso forma parte esencial de mi bagaje como lectora, ha influido en mi manera de escribir y ha contribuido enormemente a mi cultura general.

La literatura nos ayuda a entender la historia, el contexto social, la verdad del día a día a través de las minuciosas descripciones de los naturalistas (para gustos…) o los regates a la censura de la poesía onírica del 27. Y sobre todo, la intrahistoria, que decía Unamuno, que es la que teje la realidad de la que sólo conocemos los grandes capítulos que quedaron escritos en los libros de historia.

Incluso encontramos en la literatura actual alguna retrospectiva que encuadra una buena trama de intriga aderezada con pinceladas románticas en un contexto histórico que nos ayuda a conocer un poco mejor nuestros orígenes. “Dime quién soy”, de Julia Navarro, “Cuando leas esta carta”, de Vicente Gramaje o “El tiempo entre costuras”, de María Dueñas, son buenos ejemplos, aunque hay muchos más.

Trabajar la literatura española en las aulas de primaria es perfectamente posible, si somos capaces de seleccionar los textos para que las temáticas resulten interesantes y apropiadas para los niños. No se nos ocurriría trabajar La Celestina, por ejemplo, pero sí “El Lazarillo” o “El perro del hortelano”, por poner dos ejemplos. Hay vida para los maestros de primaria más allá de “Platero y yo” :)

Las tertulias literarias que comentábamos en un post anterior son una buena manera de acercar muchos textos a los niños. 

También podemos hacer un trabajo transversal entre conocimiento del medio y literatura, haciendo por ejemplo una línea del tiempo de la historia de España marcando los hitos con obras literarias (estoy pensando en lo que podría disfrutar Pilar Relaño con una actividad así).

Y podemos incentivar su interés por la lectura gracias a las nuevas tecnologías. Un profesor de ESO de un colegio de Álava tuvo la idea de utilizar Twitter para enseñar a sus alumnos a resumir, creando el perfil @ElQuijoTweet. Aquí podéis leer una entrevista que le hicieron donde explica el proyecto. 

Aunque esta iniciativa fue criticada por algunos puristas, el hecho es que los niños encontraron mucho más motivante leer las aventuras del hidalgo, que si el profesor simplemente les hubiera pedido hacer un resumen de un capítulo en un folio. Tener que extractar en 140 caracteres un texto del libro de Cervantes les obligaba a esforzarse por comprender, extraer las ideas principales y diferenciarlas de las secundarias, elaborar una frase bien estructurada que encerrase la esencia de la enseñanza. Desarrolla tanto las habilidades de recepción y comprensión como de síntesis y expresión escrita. En mi opinión, es un gran ejercicio.  Esta práctica fue premiada por el Ministerio de Educación con el "Sello Buena Práctica Educativa Iberoamericana".

En mi aula, desde luego, no faltarán las dramatizaciones y representaciones teatrales. Ya expusimos todo lo que éstas aportan a los niños en La literatura infantil, ¿herramienta educativa o regalo?, y cito textualmente:

Participar en una obra teatral, con sus ensayos y representaciones, fomenta la memoria, ayuda a los niños a socializarse y trabajar en equipo, ya que en una compañía cada uno desempeña su papel al servicio de un proyecto global. También a desarrollar la empatía, al ser capaces de ponerse en la piel de otros personajes, con sus personalidades y opiniones, diferentes a las propias. Y algo muy importante, a lo que no se presta suficiente importancia en los currículos y los planes de estudio: a hablar en público ante un auditorio. Esta es una práctica fundamental, porque después de abandonar el centro educativo descubrirán que los exámenes más importantes de la vida no son por escrito.

Como maestros, debemos ser capaces de tener imaginación y utilizar cualquier herramienta o técnica que esté a nuestro alcance para sembrar en nuestros alumnos el amor por la poesía, el teatro y la prosa de nuestra literatura, una de las más ricas del mundo.


martes, 24 de diciembre de 2013

BUENAS NOCHES

Creación literaria: verso.
Edad de los destinatarios: 6-7 (1er ciclo de Ed. Primaria).



Estoy muy cansado, me voy a dormir
Dijo el Sol, mientras se ocultaba.

Yo me he puesto guapa, salgo a deslumbrar
Dijo la Luna, bañando la noche de luz.

Yo sigo mi ritmo, no me puedo detener
Dijo el Río, fluyendo por su cauce

Empieza nuestra orquesta, todos juntos: cri-cri
Dijeron los grillos, empezando a cantar.

Me hago un ovillo, ¡apagad la luz!
Dijo el Perrito a los pies de la cama.

Con un ronroneo me adormezco yo
Dijo el Gato desde su cestito.

Podéis dormir tranquilos, me toca vigilar
Dijo la Lechuza, con sus ojos como platos

No tengo sueño, cuéntame otro cuento
Dijo la Pequeña con un gran bostezo

Cierra los ojos, piensa en algo bueno
Y que todas las estrellas iluminen tus sueños
Dijo su Mamá, mientras le daba un beso.



Convertimos este poema en un libro, hecho de bayetas de colores. La decoración puede realizarse en clase, con restos de bayeta, palitos de madera de colores e hilo grueso (como de punto de cruz), pegados con cola blanca. Para los detalles de purpurina utilizamos un palillo de oídos. Se ha encuadernado cosiendo el lateral con un pespunte:














sábado, 7 de diciembre de 2013

Literatura folklórica, en nuestras raíces


El folklore, y como parte imprescindible de él, la literatura folklórica, forma parte de nuestra vida. Todos conocemos cuentos, canciones, villancicos, refranes, dichos, fábulas… que alguien nos ha contado en algún momento de nuestra infancia. No sabemos quién los inventó... o pensamos por puro desconocimiento que tal cuento fue escrito por Perrault o tal otro por los hermanos Grimm, o que esta canción era de Rosa León y ahora la cantan los Cantajuego. La mayoría de este conocimiento nos viene de casa, nos los han contado nuestros padres y abuelos, o nos lo han enseñado en el patio del colegio (rara vez dentro del aula). Muchos otros han llegado a nuestras manos en forma de cuentos impresos, y algunos incluso los hemos visto adaptados a la gran pantalla en adaptaciones más o menos fieles, y más o menos infantiles.

Es muy posible que esos cuentos, dichos y canciones los hayamos oído de diferentes maneras. No sabemos quién los creó, pero los conocemos.

 Desde que era pequeña siempre me ha fascinado que prácticamente todos los niños de edades similares conocen los mismos juegos de palmas, de corro… Es habitual hablar con alguien diez años mayor o menor, que  se ha educado en otra provincia de España, y resulta que jugaba a los mismos juegos que tú en el colegio y se sabe las mismas canciones populares. Incluso muchas veces pasa lo mismo con personas que vienen de países latinoamericanos. Aunque cambien algunas palabras, las melodías y las reglas de los juegos son básicamente las mimas.

¿Cómo sucede? Tal vez la respuesta esté en esa memoria ancestral que subyace en el “inconsciente colectivo, creador de imágenes hereditarias” en palabras de Jung. O posiblemente, en la propia cualidad social del ser humano, que necesita compartir historias. Desde el Neolítico hasta nuestros días, hemos viajado y hemos compartido sucesos, transmitido conocimiento y todo ello elaborado de forma literaria, bella y dramática.
 
Con esta introducción hemos querido resaltar las tres características esenciales del folklore: la transmisión oral, el anonimato y variedad de versiones, que son las tres ideas que deben quedar como poso del estudio de este bloque.

Como docentes, debemos considerar la literatura folklórica como un gran recurso para fomentar el desarrollo intelectual de nuestros alumnos, por un lado, y sus habilidades de socialización, por otro.

El contacto con la literatura folklórica se produce desde los primeros momentos de la vida de un bebé. Se hace de forma no intencional (no se le canta una nana a un niño para que sea más inteligente), pero el hecho es que es un ingrediente fundamental del desarrollo cognitivo y del aprendizaje de los niños.

Tal y como afirmaba Vygotski, uno de los grandes teóricos de la psicología del desarrollo, desarrollo y aprendizaje se producen a través de la actividad mediada. Es decir, que el  aprendizaje es un proceso social, en el que la comunicación oral en los primeros años de vida juega un papel fundamental. Las nanas, las retahílas, las fórmulas de sorteo, las canciones que se utilizan para que los bebés sean conscientes de las partes de su cuerpo (“Cinco lobitos”, “Con mi dedito digo sí, sí”)… el folklore transmitido a través de la palabra, en resumen, forman parte inherente de esta comunicación que se produce en el seno familiar y que contribuye a la estimulación psicológica temprana.

Carmen Bravo-Villasante, en el prólogo de “Una, dola, tela, catola, el libro del folklore infantil” (Ed. Miñón, 1976), lo expresa así: “la educación estética por medio del folkolre afina la sensibilidad, que es inseparable de la inteligencia; los niños criados sin canciones, sin cuentos, sin poesía, son niños más pobres espiritualmente que los otros”. Esto es así porque, volviendo a Vygotski, las condiciones socio-culturales de vida influyen en el desarrollo de los procesos psicológicos superiores, empezando por la capacidad perceptiva y el desarrollo fonético y fonológico (“Cucú, cantaba la rana…” “Mambrú se fue a la guerra…” “Pim-Pom es un muñeco”), la atención y la memoria (“Estaba la rana sentada cantando debajo del agua…” “Suena la 1, vuela la luna….”, y de ahí permite evolucionar hacia el pensamiento más abstracto, el razonamiento y la solución de problemas.
Estos primeros contactos con el folklore se producen fundamentalmente a través de la poesía, que casi siempre va acompañada de melodías o al menos de una entonación con una cadencia bien marcada. A medida que los niños van creciendo, su capacidad de comprensión va aumentando y también su curiosidad y su imaginación, la prosa va ganando terreno. Hablamos de último curso de infantil o primero de primaria.

Las fábulas, los cuentos, las leyendas y los mitos empiezan a formar parte del repertorio. En este caso, la estimulación cognitiva se complementa con otro tipo de retos a los que se expone el niño: la identificación con un/a protagonista, distinguir el bien del mal, afrontar dilemas morales… todo ello en contextos fantásticos que alimentan su imaginación.
Las fábulas se utilizan fundamentalmente para trabajar los valores. Presentan personajes polarizados con una intención clara que, para más inri, queda explicitada a través de las moralejas, en las que el autor deja bien claro la enseñanza moral que tiene que extraer el lector. Esto quita a los niños la posibilidad de interpretar por sí mismos, elaborar sus propias conclusiones o encontrar soluciones no convencionales. En cualquier caso, hay numerosas recopilaciones de fábulas, de Iriarte, Samaniego o Lafontaine, como la de la editorial Susaeta, que cuentan con ilustraciones atractivas y ofrecen las fábulas clasificadas por temáticas (tacaños y avaros, miedosos, esfuerzo, mentiras, etc.), que resultan atractivas para los niños.

Mucho más potencial para ofrecer a los niños tienen los cuentos o las leyendas. De igual forma que en la iniciativa de las tertulias literarias que comentábamos en el post anterior, donde los niños conectaban los temas que se trataban en las obras de la literatura clásica universal con su realidad cotidiana, los cuentos y las leyendas ofrecen numerosas posibilidades para trabajar en el aula.

No voy a extenderme en los beneficios que tienen los cuentos para los niños, sino que voy a pedir prestada la infografía de Irune Labajo incluída en su trabajo Simbología de los cuentos folklóricos.

Estos textos, contados por el profesor, posibilitan a los niños identificar grandes cuestiones vitales y comparar situaciones con su día a día. También les posibilita conocer y describir distintos tipos de personajes, con sus personalidades, intereses y motivos, que les llevan a actuar como lo hacen. La identificación con el héroe o la princesa, el antagonismo con la bruja o el villano, ofrecen multitud de herramientas para favorecer las actitudes frente a las dificultades y el pensamiento creativo.

También el folklore en verso tiene su importancia en esta etapa. A partir de los 5-6 años, los juegos en grupo cumplen una función importantísima para que los niños se integren socialmente y aprendan la importancia de las normas. El folklore en verso forma parte inseparable de este aspecto lúdico: canciones de cuerda (Al cocherito leré..), corro (Viva la media naranja…), fórmulas para sortear (Una- dola, Pinto-pinto…) y otros juegos (A la sillita la reina, que nunca se peina…)

Hay numerosas webs con recursos folklóricos infantiles, pero ésta es la que hemos encontrado más completa: http://www.elhuevodechocolate.com/

En las prácticas realizadas el año pasado en el colegio Maravillas fui testigo de una iniciativa que me pareció muy interesante: los juegos tradicionales. Toda la etapa de Primaria estaba involucrada en este proyecto. Cada día juegan a dos juegos diferentes durante media hora. Son juegos “de toda la vida”: la rayuela, las chapas, el balón prisionero, tres en raya, etc. Es una manera de conservar el conocimiento de juegos de siempre, conectarles con sus raíces culturales, al tiempo que se trabajaba el aprendizaje cooperativo y el trabajo en equipo, ya que los alumnos de tercer ciclo actuaban como coordinadores de los grupos de primer y segundo ciclo, explicándoles las reglas y haciendo de “jueces” de los juegos.

Nos falta hablar, por último, del teatro folklórico. Apenas se trabaja en el aula y es una lástima. Es relativamente sencillo que los alumnos elaboren sus propias marionetas (incluso los títeres), así como los teatrillos. El guiñol no es ni mucho menos un género en desuso, y por supuesto no sólo para niños. De hecho, figuras de guiñol se utilizan como recurso satírico en teatro y televisión, como por ejemplo en el premiado musical Avenue Q, aparte de los shows de marionetas que se citan en el bloque, como The muppet show de Jim Henson.

Es un hecho que los niños adoran el teatro de títeres. La estructura argumental basada en la Commedia dell arte funciona de maravilla con los niños, que se sienten parte fundamental del espectáculo porque de ellos depende avisar “al bueno” cuando viene la bruja o el villan, o le ayudan a dirigir sus pasos para recuperar el objeto robado. Y hago la afirmación con conocimiento de causa. Además de haber sido testigo de varias actuaciones de títeres en el parque del Retiro, hace años tuve la oportunidad de participar en un par de proyectos de comunicación que utilizaban el guiñol como vehículo para transmitir los mensajes.

El primero formaba parte de un espectáculo que acompañaba a la Vuelta a España, y el segundo, en 2007, como parte de las iniciativas para acercar el EuroBasket a los niños. La dirección artística de ambos la llevó a cabo el maestro titerero (que no titiritero, como él mismo corrige siempre) Alberto Díaz de la Quintana. El espectáculo se denominaba “Gran Guiñol, porque las figuras medían 1,20 m de alto y el escenario tenía 20 metros de largo y 6,5 de ancho. Los aforos se llenaban en casi todas las sesiones y los niños tenían un papel muy activo en el espectáculo.

Por supuesto, no es necesario hacer un despliegue semejante para que nuestros alumnos disfruten con este recurso.



En la actualidad la literatura folklórica sobrevive en una sociedad que amenaza seriamente su esencia. Hoy en día las familias ya no se reúnen como antaño al amor de la lumbre a contar historias, sino que vivimos en un mundo dominado por la tecnología y los grandes medios de comunicación. Un presente en el que todo está documentado, ya sea en texto o de forma audiovisual. Y por suerte o por desgracia, inmediatamente indexado en ese Gran Hermano que se inventó George Orwell en “1984” y que hoy se llama Google. Así, las versiones quedan fijadas, y muchos casos, difundidas masivamente por vía de los medios masivos (cine, televisión, radio…) o bien a través de las plataformas digitales (blogs, youtube, etc), Esto ataca directamente a las tres características principales del folklore, que son la oralidad, la diversidad de versiones y el anonimato.

 Por otro lado, es más fácil que nunca compartir. Relatos, experiencias… los contenidos se crean, se dejan en las redes y son completados, reelaborados, matizados o mejorados por la gente. ¿No es lo mismo que se ha hecho desde que el mundo es mundo, pero a una escala mucho mayor e inmediata? El núcleo es el misma, lo único que cambian son las distancias y los plazos de transmisión. No podemos dar la espalda a este hecho y es nuestro deber ayudar a nuestros alumnos a familiarizarse con esta realidad.

Todas las sociedades del mundo sin excepción poseen su propio folklore. Esto es un hecho histórico universal, no hay civilización ni cultura sin transmisión de tradiciones e historias. Si comparamos unas con otras, encontramos peculiaridades propias de los entornos geográficos o de las costumbres propias, pero los argumentos o personajes prácticamente iguales. Hacer una comparativa de cuentos, mitologías, leyendas… sería objeto de toda una tesis. Para dar un par de muestras, el cíclope de la mitología griega aparece también en los relatos de las montañas navarras. Por no mencionar los dioses “calcados” de las mitologías griega y romana (se puede consultar la tabla de equivalencias en Imperium.org ), y que además nos recuerdan vagamente al conjunto de santos cristianos.

 Este hecho da una idea de la importancia del folklore en las raíces de la humanidad y su papel clave en la formación de la identidad y la pertenencia a una sociedad. La transmisión de historias es inherente a la condición del ser humano como ser social, por lo que podemos afirmar que el folklore es parte de nosotros y debe ser utilizado como herramienta educativa dándole la importancia que realmente tiene.

  

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS
utilizadas en la elaboración de este artículo:

 365 canciones infantiles, Ed. Grafalco, 1991.

Cantajuego, volúmenes 1-9. 

Fábulas de Lafontaine. Ed. Susaeta.
 
Bravo-Villasante, C. (1976) “Una, dola, tela, catola, el libro del folklore infantil”. Ed. Miñón.

Labajo, I. (2008): “Simbología de los cuentos folclóricos” (material colgado en Luvit - Presentaciones)

Rodríguez Almodóvar, A. (1984): “II Cuentos al amor de la lumbre”. Ediciones Generales Anaya.

     Tatar, M. (2012): “Los cuentos de hadas clásicos anotados”. Editorial Crítica, colección Ares y Mares.

Recursos folkóricos infantiles: http://www.elhuevodechocolate.com/

Visita al Museo de las Brujas, Zugarramurdi, Navarra. En él se incluye una amplia descripción de la mitología vaco-navarra, y se refleja cómo las mujeres eran el pilar de los hogares, y una de sus funciones más valoradas era la transmisión de la cultura, las tradiciones, los cuentos… He aquí el pie de una de las fotografías históricas, donde se explica mucho mejor: