El fin de semana pasado el profesor Lars Francisco Bonell nos puso este vídeo en el módulo de mediación del Curso de Experto en Innovación Educativa y Social que se está impartiendo en Lasalle.
Se estaba hablando de las comunidades de aprendizaje como una fórmula para mejorar el clima escolar y reducir los conflictos. Principalmente en escuelas públicas con niños y niñas de diversa índole racial y cultural.
Ania Ballesteros, alumna de 10 años del colegio Montserrat, explicaba en el Parlamento Europeo en qué consisten y cómo gracias a ellas gracias a la colaboración de unos alumnos con otros y la implicación de familiares y otros componentes de la comunidad han mejorado los resultados del grupo.
Quería compartir el vídeo con el grupo en esta asignatura por la iniciativa que pusieron en marcha para mejorar los resultados del colegio en las pruebas de comprensión lectora (a partir del minuto 4:50).
Es preferible que veáis el vídeo y opinéis por vosotros mismos (además de admirar las cualidades oratorias de Ania):
Según nos contó el profesor, el colegio mejoró sus resultados de un 15% a un 85% en 5 años. Como dice la propia Ania, "en las tertulias literarias hablamos de lo que nos pasa y lo relacionamos con los libros". Sin duda se ha conseguido que los niños quieran leer, interpretar, opinar y debatir sobre lo que el libro, o el fragmento que les ha tocado leer, significa para ellos.
No se trata de darles libros fáciles. Trabajan con clásicos de la literatura universal: La Iliada, La Odisea, Don Quijote... pero son historias que no dejan de reflejar temas universales con los que cualquier niño se puede identificar.
Al hilo de lo que comentamos en la última sesión presencial, así sí se ayuda a los niños a aprender a leer.
Las tertulias dialógicas son el mismo trabajo que muchos llevamos proponiendo desde los años 90: las lecturas son para compartir, para hablar sobre ellas, para profundizar en los textos y en nosotros mismos. Es lo que se lleva haciendo en los clubes de lectura desde que se iniciaron en el siglo XVIII. Creo que hemos tardado demasiado en darnos cuenta de las bondades de este procedimiento y hay que agradecer a Ramón Flecha que lo haya incluido en el trabajo que se realiza en las comunidades de aprendizaje. No comparto, sin embargo, la obsesión por que los niños lean solo obras clásicas de la literatura universal que, en la mayoría de los casos son traducciones, habiendo una literatura infantil excelente en la actualidad. Por mucho que la historia de Ulises o de Héctor, apele a su realidad, lo hacen mucho más los relatos que reflejan la realidad de niños como ellos.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante. Te la anoto como voluntaria.
Recuerdo el momento, como si hubiera sido ahora, del que nos proyectaron este video. Realmente no es novedoso pero si es sorprendente, al meno para mi y mi entorno. Sobre todo por la naturalidad con la que lo expresa, no porque se lo haya memorizado, sino porque lo ha interiorizado, formando parte de su vida cotidiana en la escuela.
ResponderEliminarY recuerdo tambien el comentario que nos hicimos Mónica y yo sobre la lectura única de las obras clásicas, "si oyera Irune esto, seguro que no estaría de acuerdo" y tal como dijimos tu has escrito.
Gracias Mónica por compartirlo con el resto de personas.
:)
ResponderEliminarMe ha gustado en concepto y la dinámica; pero estoy totalmente de acuerdo con Irune en que hay magníficos libros infantiles y juveniles para tener que echar mano de "La Eneida" o "El Quijote". Lo que si me ha llamado la atención ha sido la referencia que hace Ania a que "contamos lo que nos pasa y lo relacionamos con los libros". Este concepto es muy similar al que he desarrollado en mi blog al plantear la literatura como "metáfora de la vida".
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